Augusto Monterroso

(1921 Tegucigalpa, Honduras - 2003 CDMX, México)

Augusto Monterroso Bonilla nace el 21 de diciembre de 191 en Tegucigalpa, Honduras. Hijo de la hondureña Amelia Bonilla y el guatemalteco Vicente Monterroso. Monterroso creció en círculo familiar rodeado de la intelectualidad de no solo de Guatemala, sino también de intelectuales centroamericanos, y del resto de Iberoamérica. La educación de Monterroso fue, como el mismo los expresa en sus memorias (2003), fuertemente autodidacta; Augusto deja la escuela a los 11 años, y dedicó por completo a aprender y a leer disciplinas como música y diversas artes. A partir de 1937 Monterroso participa en las actividades literarias de la capital, funda el “La Asociación de artistas y escritores jóvenes de Guatemala”, conocida como la Generación de los cuarenta en Guatemala. Años después, en 1941 publica sus primeros cuentos en la revista local Acento y el periódico El imparcial.

       Al mismo tiempo que Monterroso se inicia en la literatura, Guatemala pasaba por un periodo de cambio y hartazgo social, desde 1931 el país se encontraba gobernado por el régimen militar totalitario de Jorge Ubico Castañeda. Y al igual que muchos de sus compañeros intelectuales, Monterroso trabajaba clandestinamente contra la dictadura, al verse descubierto, se exilia en México hasta 1944. Tras la caída del dictador en Guatemala funda con otros escritores el periódico El espectador. Pero meses después inicia una nueva dictadura con Juan Federico Ponce Vaildes, quien ordena su detención, de nuevo Augusto Monterroso es obligado a exiliarse en México. Posteriormente gracias a la Revolución de Octubre cae el dictador Juan Federico Ponce Vaildes gracias a la presión de militares, estudiantes y trabajadores guatemaltecos; y con el regreso de la democracia es restituida, a Augusto Monterroso de le ofrece un cargo en el consulado de Guatemala en México.

       Durante su primer periodo en México, Augusto Monterroso mantiene una intensa actividad académica con la Universidad Autónoma de México, donde consolida su espacio entre la intelectualidad mexicana que lo lleva a que en 1952 publicara en este mismo país sus relatos El concierto y El eclipse. Se traslada a Bolivia como cónsul, pero al ser derrocado el presidente democrático Jacobo Arbenz en Guatemala renuncia a su cargo, se exilia en Chile y posteriormente regresa a México donde se establece definidamente en 1956.

       En 1959 publica su primer libro Obras completas (y otros cuentos), entre sus páginas se encuentra el relato “El dinosaurio”, micro cuento que lo lanza al canon hispánico e internacional, este relato es considerado el más breve de la literatura hispanoamericana y ha sido elogiado por la crítica. Una década después, en 1969, publica La oveja negra (y demás fábulas) libro que lo consolida como uno de los escritores más leídos y apreciados no solo por la crítica, si no por el lector en general. Gracias a su gran aceptación como cuentista, Augusto Monterroso comienza a dirigir el taller de cuento de La Dirección General de Difusión Cultural de la UNAM, además del taller de Narrativa del Instituto Nacional de Bellas Artes, la participación de Monterroso en ambos talleres fue capital en la creación y consolidación varios de las futuros cuentistas y novelistas mexicanos.

       En 1972 publica Movimiento perpetuo, se le considera el mejor libro del año. Augusto Monterroso inicia un periodo de continuos viajes tanto a Europa como el resto de América. En 1975 se le otorga el Premio Javier Villaurrutia y tres años después publica Lo demás es silencio (La vida y Obra de Eduardo Torres) y a partir de aquí hasta sus últimos días Monterroso mantiene una producción constante, como Viaje al centro de la fábula y sus memorias de infancia y juventud en Los buscadores de oro.

       Durante la década de los noventa recibe premio y distinciones tanto mexicanas, guatemaltecas como internacionales. Tal es el caso del honoris causa de Universidad de Guatemala, el premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo y el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Pese a su edad, Monterroso continua su producción artística hasta su muerte el 8 de febrero del 2003, publicándose de manera póstuma su única novela Lo demás es silencio (2007) y la segunda parte de sus memorias.

       Si bien su nacionalidad es guatemalteca, el legado literario de Augusto Monterroso en México es indiscutible. Su estancia y producción literaria no sería la misma sin México, como la producción narrativa actual en México no sería los mismo sin él. El género del relato breve altamente pulido y perfeccionado durante su vida marcó a sus lectores y a la crítica, mostrando que no solo el gran autor es aquel que escribe extensas novelas con vocabulario extenso y pomposo, si no que se puede ser un excelente escritor con solo 7 palabras bien pensadas y un buen título:

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí…” Fin