Guadalupe Dueñas

(1910 Jalisco, México - 2002 CDMX, México)

Guadalupe Dueñas De la Madrid es considerada una de las cuentistas mexicanas más importantes del siglo XX. Su obra es concreta y aguda, pues a pesar de no haber publicado más de cinco libros a lo largo de su vida, sus cuentos son ingeniosos e inquietantes.

            Realizó sus estudios en los Colegios Teresianos de Morelia y de la Ciudad de México, además tomó cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) y realizó estudios literarios en Los Ángeles, California.

            En el año de 1954 aparecen sus primeros cuentos publicados en la revista Ábside. Revista de cultura mexicana, publicación mensual a cargo de Gabriel y Alfonso Méndez Plancarte. Más tarde, ese mismo año, Las ratas y otros cuentos es publicado en un folleto independiente.

            Tiene la noche un árbol, su primer libro de relatos, fue publicado en 1958 por el Fondo de Cultura Económica. Es gracias a esa obra que Dueñas recibe el premio José María Vigil, en 1959. Los cuentos contenidos en ese volumen muestran una cotidianidad invadida por curiosos rasgos que no pasan desapercibidos por el lector, pues lo invita a observar el mundo desde una mirada que contiene dejos de humor y fantasía, pero que no deja de lado los conflictos del ser humano.

            De 1961 a 1962 fue becaria en el Centro Mexicano de Escritores, al lado de Inés Arredondo, Vicente Leñero y Miguel Sabido. Luego, en 1967, participó en “Los narradores ante el público”, ciclo de conferencias realizadas en el Palacio de Bellas Artes.

            Su segundo libro de cuentos, No moriré del todo, ve la luz en 1976 y un año más tarde es publicado Imaginaciones, obra en la que Dueñas reúne retratos literarios de escritores e intelectuales. Un tercer libro de cuentos sería publicado hasta 1991, Antes del silencio. Se tiene noticia de que la autora mexicana trabajó en el proyecto de una novela titulada Máscara para un ídolo, pero nunca fue publicada.

            Además de su ya mencionada producción cuentística, Dueñas también se interesó por la poesía, aunque sus versos no fueron publicados durante su vida. Por otra parte, la autora trabajó en la industria audiovisual como guionista de telenovelas y como censora cinematográfica.

            Su estilo literario es conciso e imaginativo, permite la existencia de escenarios y personajes en apariencia ordinarios y que, envueltos en atmósferas singulares, portan consigo temáticas sociales y morales que son presentadas al lector a través de la peculiar mirada de Dueñas.