Charla: “Yo soy la sierva. La resignificación de dios en la poesía de Concha Urquiza”

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Descripción

 

El viernes 10 de marzo, a las 11:30 horas, Valeria Venegas impartirá la charla: “Yo soy la sierva. La resignificación de dios en la poesía de Concha Urquiza” en el Salón Shanghái del Centro Documental de Literatura Iberoamericana Carmen Balcells (CDCB), la cual será transmitida a través del Facebook Live del CDCB. La invitación está abierta al público en general y forma parte de las actividades del programa Guadalajara: capital mundial del libro.
 

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Son pocas las fuentes que echan luz sobre la vida de Concha Urquiza, una poeta michoacana reconocida por la tradición literaria pero un tanto olvidada del panorama de las letras mexicanas en la actualidad.
María Concepción Urquiza del Valle, mejor conocida como “Concha Urquiza” nació en Morelia, Michoacán, el 24 de diciembre de 1910, año del auge del movimiento revolucionario en México. Desde muy niña, mostró un gran interés y pasión por la poesía. Su familia la recuerda de barriga, boca abajo en el suelo, con papel y lápiz escribiendo. Contaba con apenas 11 años de edad cuando escribió su poema “Tus ojeras”, dedicado a su hermana María Luisa; a los 13 años, publicó "Canto del Oro" y "Conventual" en la Revista de Yucatán y en la Revista de Revistas; respectivamente. Sus poemas recibieron una crítica elogiosa que preparó la recepción de sus próximas creaciones.
No obstante, cuando tenía entre 18 y 19 años fue reprendida por pegar propaganda comunista, de modo que su familia la envió a vivir a Nueva York donde trabajó en el departamento de publicidad de la productora cinematográfica. la Metro Goldwyn Mayer, en la cual laboró hasta 1933. Ese mismo año regresó a México donde fue militante del partido comunista hasta 1937. Ese periodo representa un parteaguas en la vida de Concha Urquiza, pues encuentra, en el camino espiritual, el sosiego añorado por tanto tiempo, e ingresa entonces al convento de las Hijas del Espíritu Santo, en el que permaneció durante un año, pues no soportó la vida rigurosa del convento. Luego se estableció en San Luis Potosí.
A pesar de haber estado en contacto directo con la vanguardia, y de ser amiga cercana de escritores como Arqueles Vela o Xavier Villaurrutia, sus influencias siempre estuvieron enfocadas en los clásicos ingleses y de habla hispana, gracias a ellos se le “reveló la hermosura heroica de Cristo”, afirmó en más de una ocasión.  
Urquiza es una de las escritoras mexicanas que, como Josefina Vicens, también incursionó en el cine. Sólo tenía 16 años cuando concursó con el seudónimo de Santiago Damián, en el certamen convocado por la Revista de Revistas, con “Moby Dick. Novela Cinematográfica”. Otro proyecto en el que participó fue la adaptación del libro Corazón, diario de un niño (1939).
La obra de Urquiza estuvo dispersa en periódicos, revistas, y en algunas antologías. Se publicó de manera póstuma en 1946 bajo el título Obras, lamentablemente con un tiraje de muy pocos ejemplares. La poca difusión de su obra ha contribuido a no ser conocida por los lectores contemporáneos, aunque en su tiempo fue considerada como una de las mejores autoras de poesía mexicana. Para Rosario Castellanos Concha Urquizo fue “la piedra angular” del movimiento poético femenino. 
La poeta murió a temprana edad debido a un accidente en las aguas de Ensenada, Baja California, el 20 de junio de 1945.


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Valeria Venegas Sandoval actualmente cursa la Licenciatura en Escritura Creativa del Departamento de Estudios Literarios de la Universidad de Guadalajara. 
Algunos de sus textos de creación han sido publicados en la antología del Concurso de Jóvenes Creadores Literarios de 2017 (anotar aquí quién convoca o patrocina tal concurso),  y en las revistas Vaivén y Luvina, de la Universidad de Guadalajara. Sus intereses son la lectura de la literatura latinoamericana escrita por mujeres y la escritura de narrativa corta.