A 99 años del nacimiento de Juan José Arreola, Juan Nepote revela la faceta científica del escritor

En el aniversario del natalicio de Arreola, el ensayista y científico Juan Nepote habla del vínculo entre ciencia y literatura.

 

"Para combatir los números redondos", Juan Nepote festejó en el Centro Balcells el cumpleaños número 99 del gran escritor jalisciense Juan José Arreola. La presentación tuvo lugar el jueves 21 de septiembre a las 12:00 hrs. y convocó tanto a los admiradores de Arreola y su literatura como a los amantes de la ciencia. La charla se tituló "Experimentos imaginados. Juan José Arreola: literatura & ciencia".

     La relación entre la labor creativa y literaria de Arreola y su interés por la ciencia es un tema poco común. Juan Nepote se ha dedicado a investigar y escribir al respecto desde hace casi diez años.  Laureado con el Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACyT), así como el Premio Jalisco de Ciencia, Tecnología e Innovación, entre otros reconocimientos, Juan Nepote decidió estudiar la faceta científica de Juan José Arreola en una noche de verano de 1998, cuando el crítico literario Emmanuel Carballo, frente a un devoto y reducido público, fustigó a Juan José Arreola para que recordara a ese tío tuyo, «el cura réprobo» trepado en una bicicleta «que caminaba sola, porque él se dormía por las calles y no lo atropellaban los coches». El nombre de ese tío fue José María Arreola Mendoza. 

     "En un día como hoy, en un año como éste, en un país como el país en que vivimos, parecería un poco ocioso estar buscando estas relaciones. Sin embargo, no lo es. Recuperar la memoria de estos personajes y sus ideas nos ayuda a construirnos, entendernos y a hacer una mejor versión de nosotros mismos." - expresó Nepote.

     Juan José Arreola fue desde su infancia más temprana un curioso irremediable y un excéntrico. Gustaba de imaginar, indagar, experimentar y hallar correlaciones, coincidencias y peculiaridades en todo lo que le rodeaba. Solía, por ejemplo, rastrear en la historia los eventos que coincidían con su día, mes o año de nacimiento: el año en que Benedetto Crocce demostró el fenómeno cósmico de la simpatía, el mes en que Franz Kafka fue declarado enfermo de tuberculosis, la noche en que Rilke le escribió la primera carta a la que sería su amiga para siempre. Esta curiosidad precoz tuvo todo que ver con la influencia del tío José María, quien fue uno de los visionarios científicos más importantes de México a finales del siglo XIX y principios del XX. 

     Juan José Arreola describía a su tío como astrónomo, físico, matemático, platero, impresor, tamalero... Es éste quien lo inicia en la lectura de enciclopedias y de esa forma comprueba para el pequeño Juan José la capacidad que tiene la lectura de transportarnos a cualquier parte del mundo. Después, al convertirse en escritor, Juan José Arreola retomaría la influencia de su tío a través de la temática de sus relatos: temblores, inventos, trenes, volcanes, matemáticas. 

     "Con frecuencia olvidamos que la ciencia y la literatura son empresas igualmente creativas. Modelos complementarios para la exploración de la naturaleza. La ciencia es también una ficción, pero una ficción todo lo objetiva, inteligible y dialéctica que sea posible". Galileo, Darwin y Freud tienen mucho que ver con la literatura, no sólo como influencia, sino en cuanto mecanismos de expresión y estructura prosística.

     Aunque la ciencia y la literatura podrían llegar a parecer universos antagónicos, ambos son realidades discursivas y mecanismos de la curiosidad y la investigación del mundo. Los móviles de la literatura son diversos y las influencias para los escritores pueden ser inescrutables. Para Juan José Arreola su tío José María fue un motor, un provocador y un modelo. Para los lectores, José María Arreola se convierte en un antecedente que es pertinente conocer.