En ese entonces, se pensaba que el "casorio" era necesario para tener hijos y continuar con el legado, pero también, era común la idea de que el matrimonio servía para pasar una vejez muy bien cuidado y en compañía.
Han escuchado la frase que dice que “la curiosidad mató al gato”, eso se refiere al interés excesivo que demuestran algunas personas por querer saber todo sobre alguna cosa, situación o persona y resulta que dicha curiosidad, no siempre tiene buen término.
¿Se acuerdan del refrán que dice “las apariencias engañan”? Pues Manuel Álvarez del Castillo y Lamadrid, un escritor nacido en Guadalajara en 1860, escribió una divertida historia al respecto.